Toda mi vida fui tremendamente infeliz. Más que vida, lo mío fue supervivencia.

De niña soñaba con ser artista. Sin embargo, de adulta me convertí en lo que esa niña rota siempre necesitó: una psicóloga que pudiera entenderla.

Tenía la teoría, los conocimientos, era muy buena con los demás, pero no tanto conmigo. En mi mente vivía un infierno. Dudaba de mí, me pesaba mucho la mirada ajena y la necesidad de validación. Y la falta de confianza en mí misma, sumada a mi incapacidad de sacar a la luz mi rebeldía por miedo a incomodar a otros, me mantenía en un molde que me atrapaba y no me dejaba ser yo.

Sabiendo el potencial que tenía, me sentía desaprovechada, como supongo se sentiría Messi si tuviera que conformarse con alcanzar pelotas sabiendo que podía ser campeón del mundo. La rabia, la impotencia y la frustración me invadieron al punto de ver afectada mi salud física.

Y esa fue la señal para darme cuenta de algo clave: era momento de decir «ya basta» y permitirme ser quien soy. Y lo hice.

Hoy, amo inspirar a personas como tú, con un potencial increíble pero que todavía no han podido encarnarlo. Amo compartir todo lo que a mí me sirvió para tomar las riendas de mi vida, dejar atrás todo lo que me limitaba, y saltar hacia la vida que siempre merecí: una en la que realmente puedo ser yo.

Tú también estás a un salto de convertirte en quien realmente eres y materializar la vida que visualizas. La pregunta no es si puedes lograrlo, porque puedes. 

La pregunta es: ¿te atreves a hacerlo?